Los números y su relación con la naturaleza, han provocado
siempre en los filósofos un motivo para despertar su curiosidad y para
incentivar su inteligencia.
Pitágoras afirmaba que el Ser es el número y participaba de
una secta en la que se practicaban ciencias ocultas.
La numerología es el estudio del hombre como ser total, y
pone en evidencia su riqueza interior y sus dones.
El énfasis está puesto en el Ser. Ser uno mismo, conocer
nuestros propios valores, nuestras metas y nuestros límites para poder
trascenderlos; reconociendo también la importancia de la herencia como parte de
la identidad.
Los números son una forma simbólica de conocimiento
personal, que ayudan a entendernos a nosotros mismos y a los que nos rodean, y
que pueden favorecer la adaptación al entorno.
Representan una guía para ampliar el potencial individual y
para liberarse de los miedos, ayudando al hombre a tener dominio de si mismo.
La numerología permite clarificar la percepción que cada uno
tiene de la realidad y centrar la vida en el presente y su simbología tiene el
poder de impulsar al hombre a ponerse en marcha.
Existe una correlación entre el Árbol de la Vida de la
Cabalá, la Numerología, el Tarot y la Astrología.
Cada uno de estos tres niveles de conocimiento utilizan la
misma simbología, basada en la mitología, la mística, la cultura, las creencias
y las tradiciones antiguas.
El Árbol de la Vida es la interpretación esotérica de los
libros sagrados judíos, tradición transmitida oralmente del maestro al
discípulo con un sentido misterioso y sagrado; y el contenido de este
conocimiento lo resume la Cabalá.
Los números fueron utilizados por Occidente tradicionalmente
como elementos indispensables para las operaciones de cálculo, pero a la luz de
la Cabalá son manifestaciones divinas.
El cero representa a Dios que es a la vez Nada y Todo, y la
primera manifestación es el Uno, la corona, la semilla que contiene todo el
potencial del Árbol de la vida.
El dos surge del uno y es la sabiduría revelada, el símbolo
de la dualidad. La energía del Amor y la Sabiduría está en el dos.
El número tres es el entendimiento concreto, representa la
inteligencia, es el símbolo de la realización.
El cuatro es la misericordia y la abundancia, nos da idea de
equilibrio, estructura, es el poder del espíritu que domina los recursos
materiales y genera abundancia y riqueza.
El cinco es el rigor, el ser humano orientado hacia el
cielo, dueño absoluto de la materia, con la energía dirigida hacia la acción
que percibe los obstáculos como una ocasión de superación.
El seis simboliza la belleza y la majestuosidad, es la unión
fecunda del espíritu con la materia que hace aflorar la belleza del ser
interior.
El número siete es la Victoria, es el equilibrio entre mente
y espíritu.
El ocho es la gloria y el esplendor, y se asocia con la
gratitud que surge cuando todos los talentos se desarrollan plenamente.
El nueve es el fundamento, es el condensador de las fuerzas
cósmicas del Árbol de la Vida; y el diez es el gran recipiente que representa
la Tierra porque todo es una circulación de energía, lo que recibimos desde el
Infinito lo devolvemos al Infinito.
Según la Numerología, cuando nacemos escogemos no sólo
nuestra familia sino también nuestra fecha de nacimiento, que es la que va a
determinar nuestro Camino de la Vida.
Por ejemplo, para saber cuál es el número que nos
representa, se suma el número del mes de nacimiento, por ejemplo si es
noviembre, es el número once, más el día en que nacimos, por ejemplo el 21, y
el año, podría ser, 1977, o sea que en este caso sería, 11 más 21 más 1977, que
es igual a 2009.
Luego sumamos 2 + 0 + 0 + 9 = 11 y después 1 + 1 = 2
Esta persona tendrá un camino de la vida con la
característica de un dos.
Esta es una interpretación elemental que corresponde ser
ampliamente complementada con otros niveles de análisis más profundos.
No existen números buenos o malos, todos tienen aspectos
positivos y negativos necesarios para el desarrollo de su potencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario